Sexenio Revolucionario en España

¿Qué fue el Sexenio Revolucionario?

Imagínate que estamos en 1868 en España. El país está hecho un lío. La gente está harta de la reina Isabel II y sus políticas conservadoras. La economía va fatal. Hay mucha pobreza y descontento. En este contexto, estalla la revolución que se conocería como “La Gloriosa”.

El Sexenio Revolucionario o Democrático es el período de la historia de España que va desde esta revolución en septiembre de 1868 hasta diciembre de 1874, cuando se restaura la monarquía borbónica con Alfonso XII[6]. En solo 6 años, España pasó por todos estos cambios:

  1. Derrocamiento de Isabel II
  2. Gobierno provisional
  3. Regencia del general Serrano
  4. Reinado de Amadeo I de Saboya
  5. Primera República Española
  6. Golpe de estado del general Pavía

Vamos a repasar las fases más importantes. Agárrate, que vienen curvas.

La Gloriosa de 1868

Todo empezó con un pronunciamiento militar el 19 de septiembre en Cádiz, liderado por los generales Prim, Serrano y Topete. Estaban hasta las narices del favoritismo de la reina hacia los moderados. Además, la crisis económica, con mucho paro y subida de precios, había cabreado a la población.

El levantamiento militar pronto se convirtió en una revolución popular. Se formaron Juntas revolucionarias por todo el país que pedían la abdicación de Isabel II. Tras la derrota de las tropas isabelinas en la batalla de Alcolea, la reina no tuvo más remedio que hacer las maletas y exiliarse en Francia. Adiós muy buenas, Isabelita.

Gobierno provisional y Constitución de 1869

Con la reina fuera de juego, se formó un Gobierno provisional presidido por el general Serrano, con Prim de ministro de Guerra. Estos señores tenían la difícil papeleta de buscar un nuevo rey mientras organizaban el cotarro.

Para empezar, convocaron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino (¡por fin!). Los progresistas arrasaron y se pusieron a redactar una nueva Constitución. La de 1869 fue la primera realmente democrática de España, con una declaración de derechos amplia y la soberanía nacional como principio. Ahí es nada.

Mientras tanto, había que encontrar un rey que quisiera el puesto. Después de muchas idas y venidas, en noviembre de 1870 las Cortes eligieron a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Pero justo cuando el pobre hombre llegaba a España, el general Prim, su principal apoyo, fue asesinado. Empezamos bien.

El efímero reinado de Amadeo I (1871-1873)

Amadeo I lo tenía crudo desde el principio. Era visto como un rey extranjero y tenía en contra a monárquicos, carlistas y republicanos. Encima, tuvo que lidiar con una nueva guerra carlista y una rebelión en Cuba.

El pobre aguantó carros y carretas durante dos años, pero tras sufrir un intento de asesinato, tiró la toalla y abdicó en febrero de 1873. Se volvió a Italia pensando “de España, ni el polvo”. No se puede decir que no lo intentara.

Primera República (1873-1874)

Con el rey por piernas, no quedaba otra que proclamar la República. Pero aquello fue un desastre. Cuatro presidentes en 11 meses: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar. El país era un polvorín, con insurrecciones cantonales, huelgas obreras y los carlistas dando por saco.

Hasta que el 3 de enero de 1874, el general Pavía dijo “hasta aquí hemos llegado” y dio un golpe de estado. Se acabó el experimento republicano. Pero la cosa no quedó ahí. El 29 de diciembre, otro general, Martínez Campos, se pronunció en Sagunto a favor de Alfonso XII, el hijo de Isabel II. Y así, por las bravas, volvíamos a tener Borbones. Fin de la historia.

Balance final

El Sexenio Revolucionario fue un período convulso y apasionante de la historia de España. Se intentó modernizar el país y hacerlo más democrático, pero al final las divisiones internas y la inestabilidad pudieron más.

Aun así, no todo fueron fracasos. La Constitución de 1869 sentó un importante precedente progresista[8]. Y durante estos años también se implantó el matrimonio civil, la peseta como moneda y la libertad de cultos. Pequeños pasitos hacia la democracia.

En resumen, el Sexenio fue una montaña rusa de emociones con un final agridulce. Pero sin duda, una etapa clave para entender la accidentada historia de la democracia en España. Espero que este repaso informal te haya ayudado a ver que, incluso en los momentos más turbulentos, siempre hay gente luchando por un país mejor. ¡Hasta la próxima!

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